Unas 10 millones de personas precisan asistencia urgente en Honduras, Guatemala y El Salvador, dijeron el martes altos funcionarios de la ONU al reclamar más donaciones para esa región conocida como Triángulo Norte, así como soluciones a largo plazo para atender las causas de la crisis humanitaria.
A la violencia crónica, la creciente inseguridad alimentaria y los efectos del cambio climático en estos países de Centroamérica se han sumado el impacto de la pandemia de covid-19 y de los recientes huracanes Iota y Eta, detalló Mark Lowcock, subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, en una reunión virtual de la organización sobre la situación humanitaria en la región.
Hoy estimamos que 10 millones de personas -el 30% de la población total en los tres países- necesita ayuda humanitaria". Mark Lowcock, subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios.
"Solo en la región centroamericana, el número de personas que avanzan literalmente hacia la hambruna se ha cuadriplicado de dos a ocho millones", señaló por su lado David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, en la misma reunión.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, indicó que según las proyecciones actuales "millones de familias simplemente no podrán alimentarse" este año en los tres países. "Eso es una crisis humanitaria", subrayó.
Y una de cada tres personas desplazadas internamente en la región es un niño". apuntó la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
Desde febrero ha explotado la cifra de personas indocumentadas que llegan desde Centroamérica a Estados Unidos por la frontera sur para escapar del hambre y la violencia, un desafío para el presidente estadounidense Joe Biden, quien es más tolerante con los inmigrantes que su predecesor Donald Trump. Miles son niños o adolescentes que viajan solos, arriesgando la vida en un peligroso viaje organizado por traficantes de personas.
Lowcock advirtió que "la acción humanitaria por sí sola no puede atender las crecientes necesidades de la población de la región". "Necesitamos una visión holística (...) más integral y a largo plazo", sostuvo.
La embajadora estadounidense recordó que históricamente los programas humanitarios en Latinoamérica reciben menos fondos que emergencias en otras regiones.
"Debemos hacer más para enfrentar la escala y la urgencia de la necesidad y compartir la carga", aseveró.